Publicación en Alfa y Omega, Los mártires coptos, espejo para Europa

    • Fecha:30-10-2025
    • Fuente: Alfa y Omega
    Publicación en Alfa y Omega, Los mártires coptos, espejo para Europa

    En febrero de 2015, la divulgación de un vídeo en el que 21 trabajado- res coptos eran cruelmente decapitados nos llenó de estupor. La Iglesia católica los acoge ahora entre el número de sus mártires. Murieron por la fe. Este libro de Martin Mosebach, un conocido periodista y escritor alemán, pretende acompañarnos en un viaje a la cultura, vida familiar y entorno de estos 21 hombres. ¿Quiénes eran? Estos jóvenes, la mayoría de entre 25 y 30 años, tenían hijos y familia, te- nían una vida llena de esperanzas e ilusiones. Su muerte no fue una fatalidad o un sino; fue la entrega voluntaria de la vida por Cristo. Pero en la trama del libro nos apa- rece poco a poco la sencillez de esta entrega. En su pueblo de origen (El Or) nadie piensa que los 21 hayan hecho nada «extraordinario»; es decir, nada que no hubiera hecho cualquiera de ellos, cualquiera de sus jóvenes amigos o familiares. El pueblo copto de Egipto se autodenomina «Iglesia de los mártires». La presentación que Mosebach nos dibuja de este cristianismo es la de un pueblo con una fe viva, radical, entusiasta. El libro ayuda, en este sentido, a comparar, a ponernos ante el espejo y pensar si no hemos perdido este empuje martirial en nuestro cristianismo «de baja intensidad», de componendas y, en ocasiones, a fin de cuentas, «cristianismo líquido».

    El libro de Mosebach da, en efecto, mucho que pensar sobre Europa. ¿Puede servirnos el ejemplo copto para reconstruir nuestro cristianismo? Su modelo ha sido el de un cristianismo de resistencia. Y es admirable, sin duda, la fortaleza que han demostrado en estos siglos y, particularmente, la de los mártires. Con todo, quizás al cristianismo de nuestra cultura occidental le casaría mejor la idea de la «reconquista» que la de la «resistencia». Quizás encontraríamos más energías pensando nuestro futuro no solo en línea con el modelo copto y su histórico devenir, sino también, y sobre todo, en la tipología de la reconquista, desde la fe, de esa España perdida que fue menester reencontrar. Los coptos, ciertamente, y sus mejores exponentes, los mártires, nos ofrecen el camino de un cristianismo que resiste y que es glorioso y admirable por ello. Quizás podamos pedirle al tiempo presente que el nuestro, nuestro cristianismo europeo, vaya más allá y sea un cristianismo capaz de reconquistar. Naturalmente, no me refiero con ello a guerras, ni tampoco directamente a oposición política o mediática; sino a la reconquista de la familia, de los ambientes humanos, de los espacios para el bien común, de las relaciones. Y habrá también mártires en un cristianismo de reconquista.

    CARLOS GRANADOS Profesor de Sagrada Escritura de la UESD